Se fue mayo y dejó atrás muchos heridos. La economía no está tan mal como parece pero desde el mundo financiero pasó de todo. El dólar subió tan solo en mayo 20,5% y acumula en el año una suba del 33%. Por su parte esta suba generó mucha incertidumbre sobre el devenir de las finanzas argentinas y esto arrastró a casi todos los activos. Las acciones argentinas, comprendidas en el índice Merval, cayeron un 4,82%. También cayeron los bonos nominados en pesos: los cortos cayeron casi 2% y los largos casi 7%. Por su parte la mejor inversión fueron los bonos en dólares. Los cortos prácticamente copiaron la devaluación y subieron 17,5% mientras que los largos subieron 16,55% pero evidenciando una caída en su paridad en dólares, lo que implica un aumento del riesgo país.
Repasemos lo más relevante que ocurrió en el mes.
Abril se fue con un Banco Central defendiendo el valor del peso en $20,25 por dólar vendiendo más de USD 6.000 millones de sus reservas. Más el dólar siguió debilitándose en el mundo y esto ejerció mucha presión sobre nuestra moneda con lo cual el BCRA frente a la encrucijada de seguir vendiendo reservas o dejar subir el dólar optó por la segunda opción y lo dejó correr hasta alcanzar los $25. En este monto (en el mayorista) puso una gigante oferta vendedora por USD 5.000 millones para evitar que la demanda haga aumentar su precio. Fue un gesto de decir “hasta acá dejo correr” y esto calmó al mercado.
Al mismo tiempo tomó otras medidas para frenar la demanda de billetes. Por un lado subió la tasa de referencia al 40% y por otro limitó la tenencia máxima de dólares que pueden tener los bancos para frenar la demanda e incluso aumentar la oferta si había alguno excedido.
Todas estas medidas generaron mucha incertidumbre en el mercado y golpearon fuerte a los activos argentinos como se describía en el primer párrafo. El riesgo país pasó de 430 puntos a 524 en mayo, una suba de más del 22%. El riesgo país es la sobretasa que paga Argentina por sobre los bonos del tesoro de Estados Unidos para endeudarse. Lamentablemente en el mundo también esta última está subiendo con lo cual es fácil advertir que el costo del endeudamiento para Argentina se complicó mucho en mayo.
A raíz de todas estas turbulencias en el mundo el presidente Macri decidió pedir ayuda al FMI. En este momento se está negociando un stand by de entre USD 30.0000 y 40.000 millones con el FMI y otros organismos multilaterales. La característica del stand by es que es un crédito a disposición en caso de necesidad. No será un desembolso de fondos directos. Pero es toda una señal a los mercados de mayor seguridad, lo que debería traer tranquilidad y comenzar a bajar el riesgo país.
Por otra parte en el mercado financiero se cree que la participación del FMI se condicionará a que el gobierno de Macri acelere los ajustes pendientes en la economía y esto es muy positivo. Para que se entienda, esto no implica un ajuste feroz y salvaje, pero sí un ajuste; el gobierno debe acelerar el gradualismo. Hay que entenderlo, hoy estamos gastando más de lo que ganamos debido a que el mundo nos presta dinero. Si el mundo nos deja de prestar el ajuste será forzoso y será muy severo, con lo cual es mejor hacerlo planificadamente porque es imposible seguir viviendo por encima de nuestras posibilidades. Al momento se menciona que este acuerdo se podría estar anunciando esta próxima semana y que implica que Argentina reduzca más velozmente su déficit fiscal y que el Banco Central deje de financiar el tesoro. Ambas medidas apuntan a reducir la vulnerabilidad externa y a reducir la inflación.
Pero lo más grave sin embargo que tiene Argentina no es su situación financiera sino sus políticos. Gran parte de la incertidumbre viene dada por los errores del oficialismo y por la mezquina y destructiva actitud de los opositores. A todo el ruido externo se sumó el tratamiento en el Congreso del tema de tarifas. La oposición peronista logró imponer el tratamiento de una ley que retrotraía tarifas al año pasado, con un impacto fiscal de más de 100.000 millones de pesos sin decir con que recurso lo cubrirían. Esta ley logró aprobación en diputados con el voto negativo del oficialismo y restaba ver que decidían los senadores. Está bastante claro que los diputados no tienen ningún tipo de pudor en votar sin importarles las cuentas fiscales, pero distinto es el caso en Senadores que representan a las provincias que se iban a ver altamente golpeadas si esta ley se aprobaba. El mundo entero nos miraba a ver si dábamos una muestra de madurez…. Y no la dimos, reprobamos una vez más. Los senadores peronistas (PJ, Massismo y Kirchnerismo y todas sus vertientes) prefirieron sancionar una ley que sabían que tenía el veto asegurado por su impacto fiscal para que el Gobierno de Macri pague el costo político. Poco les importó el impacto en sus provincias o que había otra ley que si se sancionaba hubiera bajado el IVA a los servicios y se hubiera aplicado, beneficiando el bolsillo de la gente. Tampoco les importó que la ley que sancionaban implicaba que toda la Argentina subsidie el consumo de la Capital Federal. Votaron pensando en que al país le vaya lo peor posible. Y el mundo ve y entiende esto, con lo cual muy difícil que quieran invertir en nuestro país.
Para terminar con las pálidas y tirar algunas buenas, Brasil tampoco está ayudando ahora. Por primera vez en varios años el país vecino estaba empezando a crecer y esto genera mayor producción en Argentina porque compran más de lo que producimos. Pero este mayo una huelga de camioneros y problemas en la petrolera estatal Petrobrás complican esta situación y disminuyen las tasas de crecimiento, con lo cual sumado a la sequía en Argentina van reduciendo fuertemente la tasa de crecimiento Argentina.
En definitiva, un mayo para el olvido. Para terminar vamos con algunas buenas para no amargarnos.
El 20 de junio, en medio de la primera y segunda fecha de Argentina en el mundial se sabrá si el MSCI nos clasifica a país emergente. Si algo hay que reconocerle al Gobierno de Macri es que en estos 2,5 años ha hecho reformas importantes en la institucionalidad del país como para que nos saquen del triste lugar de “fronterizo” y nos pasen a “emergentes” Está claro que falta muchísimo por hacer todavía pero creo que se va en el sentido correcto. De llegar a emergentes, creo que los activos argentinos responderían con fuerza ya que el pesimismo de estos días los ha dejado muy golpeados y la inyección de confianza –¡y de liquidez!– podría impulsar fuertemente su cotización.
Otra buena noticia es que se conocieron índices de crecimiento sectorial y vinieron mejor de lo esperado. En el mes de abril la construcción creció al 14% y de enero abril acumuló una suba sobre el año anterior del 14,2% Más importante aún es que los empresarios de la construcción esperan un buen segundo semestre a pesar del parate en los créditos hipotecarios por la suba del dólar. Esta es una noticia muy buena. Por su parte la industria creció en abril un 3,4% interanual y el acumulado de enero a abril acumula un crecimiento del 3,1%.
Para terminar, otra buena noticia vino del lado de financiamiento pyme. Como comentamos mayo fue un mes complicado para el financiamiento, e incluso algunos bancos cortaron el descuento de cheques. En este contexto, destacable es el crecimiento del financiamiento pyme en el mercado de capitales, específicamente en el Mercado Argentino de Valores (MAV). Según datos de CNV en el primer trimestre de 2018 el financiamiento pyme alcanzó los $7.340 millones superando en un 57% el alcanzado en 2017. De este total el 66% corresponde a descuento de cheques de pago diferido avalados por SGRs mientras que un 19% corresponde a ON simple. Este último es un gran instrumento que está empezando a despegar. Y más notable aún es el uso del descuento de cheques directo en MAV que viene creciendo a tasas superiores al 500% interanual superando a abril 2018 los $1.500 millones.
Con la sanción –después de mucha sangre y sudor– de la ley de financiamiento productivo es de esperar que el financiamiento pyme se acelere aún más y esta es la mejor noticia que podemos tener, ya que las pymes son el motor del país.
¡Buena semana para todos!
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¡Hasta la semana que viene!
