Desde hace algunos años, la estética depurada y minimalista de los gloriosos años 30 regresa con fuerza al interiorismo.

¡El mobiliario vintage no deja de conquistarnos! Entra en todas las estancias del hogar, desde el dormitorio hasta el salón, pasando por la cocina. Para conseguir un verdadero diseño retro, buscamos piezas estrella en los desvanes de nuestras abuelas o en los mercadillos de segunda mano. Pero no solo ahí. Los nuevos diseñadores y creadores tienen mil ideas para reapropiarse de las normas retro. Mesitas bajas de tres patas, butacas giratorias de cuero marrón, sofás de tonos mostaza, taburetes y mesa de formica… El truco está en saber dosificar adecuadamente muebles y accesorios sin caer en una superposición de objetos dispares.

Para evitar cometer faltas, ¡hay que trabajar la armonía!