Las que siguen son situaciones, personajes y datos que el autor hace jugar en una de las 12 minuciosas semblanzas que componen su trabajo. Ahí conviven Claudio Tapia, Rodolfo D’Onofrio, Daniel Angelici y Hugo Moyano del fútbol con Agustín Pichot y Horacio Muratore. Pero también está el empresario amigo de Bill Clinton e integrante del selecto grupo de socios del Comité Olímpico Internacional (COI). El hombre cuya familia controla diversas compañías en el país y que asociado en el grupo Landmark con el empresario Daniel Sielecki se quedó en una operación inmobiliaria multimillonaria con las instalaciones del Tiro Federal. Líbero eligió fragmentos de su historia, extraídos del capítulo “Mi adrenalina está acá, en el deporte”.
“Werthein fue uno de los cuatrocientos invitados al casamiento de Chelsea, la hija de Bill y Hillary, en julio de 2010. También ha sido donante de la Fundación del ex presidente y habla frecuentemente con él. ‘Es un hombre extraordinario y aprendí muchísimo de él. Es una de esas personas que, cuando la ves, no le querés preguntar nada, solo querés escucharlo’. El día que conoció a Clinton, Gerardo estaba con Julio, su tío abuelo y la cara más visible de la expansión de la empresa familiar. Julio era el menor de los ocho hijos de León, el primer Werthein que llegó a Argentina en 1904 y uno de los cuatro que nacieron en el país junto a sus hermanos Abraham, Fany y Noel.”
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“Desde chico se interesó por el deporte y fueron tres los que practicó. Primero fue karate: él pidió hacerlo y lo llevaron al Instituto Kumazawa en Belgrano, donde conoció y fue compañero de José García Maañón, presidente de la Federación Argentina de Karate, vicepresidente de la Federación Mundial y vicepresidente segundo del Comité Olímpico Argentino. García Maañón es, además, Director Nacional de Deporte y Alto Rendimiento Deportivo en la Secretaría de Deportes de la Nación desde diciembre de 2015, cuando asumió Mauricio Macri. En julio de 2018 fue denunciado, junto a otros dirigentes del Comité Olímpico Argentino, entre los que no está Werthein, por la Confederación Argentina de Deportes por administración infiel, relacionado con la compra que hizo el COA de un inmueble que le vendió la CAD.”
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“Los W tenían parte del paquete accionario de Telecom, que además era sponsor del equipo olímpico y por eso el acto de despedida de los atletas se hizo en el edificio de la empresa en el bajo porteño el 16 de julio. Ese día irrumpió el atleta paralímpico Martín Scharples, quien denunció el papel de Cassanello durante la dictadura como intendente y juez. La seguridad del evento lo tomó, le pegó y lo echó a la calle. Cassanello no había participado del recorrido de la antorcha olímpica por Buenos Aires el 11 de abril de ese año, y ni el 3 de julio del acto de entrega de la bandera argentina por parte de Cristina Fernández de Kirchner a Emanuel Ginóbili, el abanderado en China, por temor a los escraches. Tres semanas después de la finalización de los Juegos, el 16 de septiembre Cassanello renunció y acusó en una carta que su salida se debió a que “desde hace largo tiempo intereses políticos y personales de distinta naturaleza han montado un despiadado operativo mediático tendiente a intentar menoscabar con mentiras y falsas imputaciones el honroso apellido que mi padre me legó.” Lo hizo un día antes de que el COA comenzara a analizar su situación al frente del organismo. Werthein recibió acusaciones, hechas por lo bajo, de haber “entregado” a Cassanello”.
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“Casi un año exacto después de la salida de Cassanello, Werthein le ganó las elecciones a Masoni de Morea por 34-24 y se convirtió en el vigésimo presidente del Comité Olímpico Argentino. Como no consiguió los dos tercios necesarios para imponer la lista entera, hubo una segunda votación y su rival fue elegida como vicepresidente primera, cargo en el cual continúa. “Si me hubiera tocado perder, no me habría presentado a ningún cargo, pero el estatuto habilita esta situación”, dijo Werthein el día que lo eligieron. El otro cargo político de importancia sí lo logró para un hombre propio: Mario Moccia, su mano derecha, fue elegido secretario general. Werthein y Moccia son los representantes argentinos a nivel internacional, ya que el presidente es miembro permanente del Comité Olímpico Internacional, y Moccia, vicepresidente segundo de la Organización Deportiva Panamericana, la Odepa, que rige los destinos del deporte desde Canadá hasta Argentina.”
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“Werthein estaba de ambos lados, ya que era presidente del COA y parte del Grupo W, que tenía el 32 por ciento de Sofora, la empresa propietaria del 54 por ciento de Telecom, una de las que recaudarían el tributo para el Enard. La defensora adjunta del Pueblo porteña, Graciela Muñiz, afirmaba en esos días que “es llamativo que el nuevo presidente del COA y a su vez presidente de Telecom se encuentre entre los principales promotores de esta ley, con la que se hace pagar a los ciudadanos lo que debería pagar el Estado.”
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“No fue traumática la salida de Telecom. En absoluto. Fue un proyecto hermoso, que disfruté muchísimo, del que aprendí muchísimas cosas, pero cumplió un ciclo. Mi adrenalina está acá, en el deporte.” Pero sin dudas su proyecto personal es Haras El Capricho. Lo fundó en 1999 en Capilla del Señor, y ahí es donde entrenan y compiten sus hijos Gregorio, Anabella y Sara. Anualmente organiza un concurso de saltos hípicos que combinan shows musicales donde han tocado Diego Torres, Los Nocheros, la Princesita Karina, Agapornis y los Teen Angels, y también contaron con la presencia de famosos, deportistas y muchos políticos.”
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“Se dice mucho que los dirigentes argentinos se pegan a él por sus contactos, su convicción y su poder. Saben que Werthein levanta un teléfono y generalmente obtiene respuesta. A pesar de que es leal con ellos, tampoco está casado con ninguno y se junta para pedir rendición de cuentas.”
